Coaching para jinetes: Cómo hacer el mejor uso de las instrucciones técnicas.
Las instrucciones técnicas que provienen de la experiencia de otras personas pueden ayudarnos sólo si nos conducen a un descubrimiento experimental propio. El mejor uso del conocimiento técnico consiste en dar una sola pista que lleve al destino deseado. Esa pista puede proporcionarse verbalmente o demostrarse con una acción, pero es fundamental considerarla como una aproximación al objetivo deseado. Este objetivo debe descubrirse prestando atención a cada salto y usando los sentidos para ver lo que funciona mejor en cada jinete particularmente. Así, el jinete experimenta la relación entre las sensaciones y el resultado del salto y puede explorar toda una gama de posibilidades para descubrir lo que funciona mejor en su caso y el estilo con el que se siente más a gusto, sin verse condicionado por la idea de que hay que seguir una determinada norma.
Comprender los movimientos que hay que realizar para ejecutar un salto y recordar la sensación que produce, es como recordar una sola imagen. La mente es muy capaz de hacerlo y puede apreciar cuando un elemento de una imagen es ligeramente distinto del de otra imagen. Al hacerlo hay que evitar los aspectos hipercríticos y controladores del jinete número 1 (ver artículo «Un caballo, dos jinetes«), el cual quiere confiar más en fórmulas que en sensaciones.
No debemos permitir que sean las pautas las que nos dirijan a nosotros.
El jinete sólo tiene que cumplir dos requisitos para alcanzar el éxito: realizar el recorrido sin derribos y en el menor tiempo posible. El único objetivo de la técnica de salto reside en cumplir estos dos requisitos consistentemente y con la suficiente velocidad y precisión.
Las técnicas oficialmente aprobadas para ejecutar estos saltos han cambiado considerablemente a lo largo de los años. Aquello que era dogma ya no lo es tanto. Los evangelios cambian y son cambiados por personas que tienen la audacia de experimentar más allá de los límites de la doctrina existente y que confían en su propio proceso de aprendizaje. En este sentido el Coaching deportivo es clave para superar los obstáculos y limitaciones que la mente del propio jinete va construyendo y modificando con el tiempo.
Saber cuáles son exactamente los resultados que queremos conseguir es muy importante para que el control del proceso de aprendizaje lo tenga quien lo tiene que tener: el jinete. Simplemente dejemos que el jinete número 2 observe aquello que le parezca interesante e ignore los comentarios del jinete número 1, que va a querer crear pequeñas fórmulas para que las siga. Dejemos que el jinete número 2 se centre en aquellos elementos con los que esté listo para experimentar.
Coaching para jinetes: ¿Cómo observar a los jinetes profesionales?
Tenemos que aprender a observar. La mejor forma de hacerlo es observar sin suponer que la forma en que el profesional saltó es la forma en que uno debería hacerlo. Más bien centrar la atención en aquello que más nos haya interesado de los movimientos de ése profesional que observamos.
El jinete número 2 va a captar automáticamente los elementos del salto que le sean útiles y va a descartar aquello que le sea inútil. Dejemos que el proceso natural de aprendizaje nos guíe hasta nuestro mejor salto. No nos esforcemos en hacer ningún cambio. El jinete número 2 tiene un gran instinto para saber cuándo ha llegado el momento de trabajar sobre cualquier elemento del salto.
La autoridad final reside en nuestro interior gracias a la alternancia entre la observación externa –o el recuerdo de una instrucción externa- y una concentración total de la atención en nuestros propios movimientos. No hace falta emitir ningún juicio durante este proceso. Veremos diferencias entre lo que hacemos y el modelo externo, pero nos limitaremos a percibirlas y continuaremos observando, sintiendo nuestros movimientos y comprobando los resultados. El estado mental adecuado para este modo de observación es el de libertad, libertad para buscar aquello que funciona en nuestro caso.
El conocimiento de una técnica aprendida por una persona puede darle a otra la clave para descubrir qué técnica funciona mejor, pero es peligroso dejar que la descripción de la técnica de esa persona se convierta en nuestro criterio de lo que está bien y lo que está mal. Podemos usar modelos externos en nuestro aprendizaje, pero no debemos permitir que sean las pautas las que nos dirijan a nosotros. Evolucionar continuamente forma parte de la naturaleza del jinete número 2. A medida que descubramos la capacidad para aprender del jinete número 2, no sólo van a mejorar nuestros saltos sino que habremos aumentado nuestra capacidad para aprender cualquier cosa. Permitamos al profesor que nos enseñe, pero dejemos que sea el jinete número 2 el que tenga el control, porque él es realmente nuestro mayor recurso.