Coaching para jinetes: reflexiones sobre el aspecto mental.
El argumento más común de los jinetes desde tiempos inmemoriales es: “¡no es que no sepa qué debo hacer, el problema es que no hago lo que sé!”.
El aspecto mental de las competiciones de hípica radica justamente en eso, en cómo desarrollar esas habilidades interiores sin las cuales el alto rendimiento es imposible.
En cuanto a la enseñanza de este deporte ocurre muy frecuentemente que un exceso de instrucciones verbales suele disminuir las probabilidades de que se produzca el tipo de corrección deseada. Así, debemos aprender lo que todos los buenos profesores y todos los jinetes deben saber: las imágenes son mejores que las palabras, mostrar es mejor que contar, muchas indicaciones son peores que ninguna e intentar esforzarse muchas veces produce resultados negativos.
Coaching para jinetes: competir desde fuera de la mente
Competir inconscientemente no quiere decir que se está compitiendo sin conciencia. Un jinete puede estar plenamente consciente pero no está pensando, ni tampoco está intentando esforzarse demasiado. Sabe dónde quiere llevar al caballo pero no se esfuerza en colocarlo allí. Estos jinetes que controlan la mente parecen inmersos en un flujo de energía que les proporciona más poder y precisión. La racha de un jinete así continua hasta que se pone a pensar sobre ella e intenta mantenerla. Apenas intenta ejercer el control, lo pierde.
Aprender a crear la imagen más clara posible del resultado deseado: visualización.
¿Cómo puede uno estar conscientemente inconsciente? La mente del jinete que esta “inconsciente” se encuentra tan concentrada que se halla en “calma”. Su mente constituye una unidad con la actividad del cuerpo y las funciones inconscientes o automáticas están operando sin la interferencia de los pensamientos ni del diálogo interior. Cuando un jinete se encuentra en este estado, no hay nada que interfiera con la plena expresión de su potencial para actuar, aprender y disfrutar.
Retomando la anterior entrega «Un caballo, dos jinetes» en la que hablaba del diálogo interior del jinete cuando compite, queda claro que la clave para mejorar reside en la relación entre el “yo” de nuestro diálogo interior –número 1- y las capacidades naturales del “yo” que actúa –número 2-.
El “yo” número 1 no confía en el “yo” número 2, a pesar de que éste encarna todo el potencial que se ha desarrollado hasta ese momento y está mucho más capacitado para controlar el sistema muscular que el “yo” número 1. El problema del “yo” número 1 radica en que al pensar demasiado y al esforzarse tanto, ha creado mucha tensión y mala coordinación muscular en el cuerpo.
La unión de estos dos “yo” en la competición implica el aprendizaje de varias habilidades interiores:
- Aprender a crear la imagen más clara posible del resultado deseado: visualización.
- Aprender a confiar en el “yo” número 2 para sacar una enseñanza tanto de los aciertos como de los errores: confianza y aprendizaje.
- Aprender a ver sin juzgar, es decir, a ver lo que está sucediendo sin juzgar si está bien o mal: los errores son información valiosísima para mejorar.
Desarrollar la capacidad para acercarse a éste estado es el objetivo del jinete de alto rendimiento, que se puede ayudar de la guía de un Coach para conseguirlo. En el Coaching para jinetes, el dominio del arte de la “concentración sin esfuerzo” tiene un enorme valor para cualquier cosa que uno quiera lograr en la vida.